Tedio

El balanceo de los championes es de un ritmo constante. Cuelgan del banco de madera a 20 cm del piso. Con la mejilla apoyada en el brazo izquierdo de su mamá, su cara refleja tedio; el tedio que vive una niña luego de horas de espera. Se para, salta, revolea la colita con bucles, vuelve a sentarse y habla con su mamá, una señora joven de pelo negro como la noche que se ve a través de las ventanas altas. Vestida con jean, chaqueta negra y una jornada de trabajo grabada en el rostro, espera inmóvil. No consigue hacer otra cosa que apretar los labios, quizás preocupada por la cena. A las 19:25 horas, la espera continúa en la Emergencia de Pediatría bajo los tubos de luz a medio prender. Como un regalo divino, un hombre vestido de blanco sale por una puerta y pronuncia su nombre. De un salto, la niña se levanta del banco. Una felicidad ya olvidada, fuera de contexto, le devuelve la sonrisa.

Por Magdalena Pérez

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s